FRENTE A FRENTE CON: DILES QUE NO ME MATEN
El futuro de la agrupación citadina y su interés por nuevos espacios.
INDIEROCKMÚSICA
Por María José Aguilar
9/17/202512 min read
En septiembre harán por cuarta vez gira por Estados Unidos. ¿Qué ha significado para ustedes salir a tocar al país vecino y cómo ha influido en ustedes esto?
Gerardo: Estamos muy emocionados de volver porque es como revisitar espacios que ya hemos tocado en Estados Unidos las primeras giras. Es bastante interesante porque la forma de acercamiento musical en Estados Unidos es completamente diferente a México en muchas cosas. Hay una industria económica mucho más sólida de la música independiente. Entonces como ser artista de música independiente ahí es un poquito más fácil en ciertas cosas y un poquito más compleja en otras. En cuanto a gestión de movilización y de estancias es algo que, a diferencia de México, lo tiene que cubrir la banda, por ejemplo, Entonces hay mucho aprendizaje de ir para allá y también es muy interesante como se ve la música y el rock en Estados Unidos, es muy diferente.
¿Cómo sienten que cambia su experiencia tocando en México a tocar en Estados Unidos?
Gerardo: Por lo menos de mi parte, tocar en Estados Unidos implica una escucha diferente, en México es más como la fiesta en realidad y como la comunidad, la energía del evento en sí. No hay mucho problema con que suene mal porque es también una cosa energética del espacio, por lo menos en Ciudad de México.
Raúl: Allá le prestan mucha más atención a la música y aquí no, yo siento que porque no hay las mismas posibilidades técnicas. Es más un lugar de esparcimiento y fiesta, pero también hay muchos lugares aquí en México donde buscan que el enfoque sea más hacia la escucha.
Gerardo: Yo percibo que es un poco más complicado llegar a esos puntos aquí porque allá ya está como bajada la industria. La industria me refiero a un flujo económico donde las bandas que son independientes pueden generar suficiente dinero para poder seguir haciendo música, y los espacios se dedican a explorar que suene bien, conocen mucha música experimental. Entonces también los bares en donde están como que permiten muchísimo esta apertura a diferentes cosas, aquí en México también existe esa apertura, pero es mucho más cerrada y mucho más elitista en ciertos nichos. O sea, ir a un concierto de un lugar en donde la música es lo primordial y no es el “cotorreo” por decirlo así, también implica un contexto socioeconómico muy específico.
Desde que iniciaron con ese proyecto, ¿Cuál fue su mayor convicción? ¿Creen que sigue siendo la misma motivación o se ha modificado con el tiempo?
Raúl: Pues hacer música que nos gustara. Mezclar los diferentes tipos de música que escuchamos e intentar hacer algo que nos guste a nosotros.
Gerardo: La motivación va cambiando porque no nada más es hacer música, sino también como replantar lo que significa ser una banda. Nosotros armamos una expo con 20 artistas que intervinieron en las portadas de “La vida de alguien más” y “Obrigaggi”, diseñaron discos únicos que son como una fiesta de arte, hechos por gente con la que hemos colaborado en performance o en otras cosas. Se trata de la multidisciplina, nos parece muy lindo eso porque es encontrar diferentes maneras de resignificar lo que es ser una banda para no atorarnos en nada más hacer música. La expo fue mucho de trabajar con artistas visuales, también lo que significa hacer colaboración con bailarines, con cineastas y hacer una mancuerna con el medio artístico en general y no nada más convertirnos en una banda. Expusimos en Ciudad de México del 29 al 31 de agosto en la Santa María la Ribera, en la galería Caleta. Del 4 al 7 de septiembre expusimos en Guadalajara y después vamos a presentar en Nueva York y en Los Ángeles la misma expo. A mí me parece muy chido eso porque estamos presionándonos a llevar esos discos a exponer y mostrar el arte mexicano y forzar eso para poder tocar en Los Ángeles, para poder mostrar la obra en Los Ángeles y en Nueva York. Es algo que estamos haciendo independiente, que estamos invirtiendo nosotros nuestro dinero para que suceda y que es algo que más allá de que tengamos ganancia o no, trata de dar a conocer a los artistas y hacer una relación de la gente que consume música y la gente que consume arte, es encontrar un punto medio y quitar el prejuicio de que el arte pictórico llega a ser muy caro, y que la gente que tiene una afición a los discos pueda comprar un arte más barato. Buscamos hacer algo colaborativo y diferente, no quedarnos en solo hacer lo mismo que hacen las bandas.


Fotografía: Melisa Lunar. Cortesía de la banda.


Foto: Diego Pérez Marrufo.
Tocando en tema de las colaboraciones, han cambiado de productor con cada disco, ahora están trabajando con Sebastián Rojas ¿Qué aporta a su material a diferencia de productores previos? ¿Por qué tomaron esta decisión?
Gerardo: Mira, por lo menos a mis ojos, la producción de los dos primeros discos que fue con Hugo Quezada nos enseñó muchísimo, fue un gran sensei, aprendimos a hacer las cosas de una manera diferente.
Raúl: A hacer un disco. Él nos enseñó a ver cómo funciona generar una estructura para crear un disco y que cosas sí son funcionales y prácticas y que otras cosas realmente solo son sueños o ideas que no tienen piso y no son realizables. Nos enseñó mucho a tener esa estructura y después grabamos con un amigo que se llama Mateo Sánchez Galán, que lleva mucho rato tocando y grabando.
Gerardo: Con Hugo fue una cosa más técnica y también como una cosa de entender el mundo sónico y espacial de los sonidos, y con Mateo fue como además de explorar, de ya tener como esa idea de explorar la parte sónica, también era muy emocional y sensible porque era una persona tan cercana que podíamos ser más vulnerables de alguna manera que con una persona que conocimos en el estudio como Hugo. Que no está mal, pero cada productor tiene una forma de trabajar diferente y cada productor tiene una manera de acercarse, de poner límites, son como relaciones de alguna manera. El cuarto disco que estamos haciendo lo trabajamos en captura y producción con Sebastián Rojas y la mezcla la estamos haciendo con Gabriel Tellez, que es un amigo también que radica en Puebla. Trabajar la mezcla a distancia, pero no a tanta distancia como fue con Mateo, y explorar otras maneras de ver tu misma música ayuda a que también se sienta como un cambio y no a estancarnos porque también esa es la búsqueda cuando cambiamos de productor, la idea final es eventualmente llegar a poder hacerlo completamente nosotros solos o trabajar de otras maneras con otros productores.
¿Cómo ha variado su forma de aproximación de trabajar? ¿Con cada disco siguen teniendo la misma manera de trabajar? ¿Se han acomodado distinto?
Raúl: Siempre hemos trabajado de la misma forma, pero cuando vamos a hacer un disco empezamos a editar nuestras ideas, es decir: esta cierta idea funciona para el disco, o esta es la idea la tenemos más clara y hay que empezar a trabajarla, y las ideas que tienen menos forma las hacemos a un lado y trabajamos con lo que tenemos más claridad o con una idea que realmente nos guste. Siempre hemos trabajado así.
Gerardo: Sí es la misma manera de trabajar, pero también en ciertas cosas porque en otras pues la claridad va cambiando conforme vas creciendo y tu idea de creación artística va volviéndose cada vez más precisa, pierdes menos el tiempo, guardas ideas y las reciclas para el futuro. Retomamos ideas que teníamos guardadas desde hace cuatro años en este nuevo disco y siempre hemos hecho cosas así. Este disco es un poco más estructurado y con menos improvisación que los otros, aunque lo contenga porque pues también es una cosa de cambiar la forma, pero la idea de componer siempre ha sido muy de cada canción y lo que necesita cada canción. Si tenemos una letra y un bajo, pues desarrollamos a través de eso. Si tenemos una idea más abstracta de todo, trabajamos a partir de ese lugar.
Justo he leído que improvisar es como una parte importante para ustedes. ¿Tener que cambiar a esa forma de trabajo más estructurada no les ha movido el piso al momento de componer?
Raúl: Sí, pero es muy refrescante, porque nos saca de la zona de confort y, pues, de alguna manera llegan ideas que no me hubieran llegado improvisando. Y siento que la improvisación es algo muy común en las bandas en general. De estar jameando y van saliendo ideas.
Gerardo: Es muy complicado trabajar ideas más establecidas o cuadradas, por decirlo de una manera, sin sonar peyorativo. Ya llevamos tanto tiempo trabajando juntos que es más fácil llegar a acuerdos y destruir la idea del ego entre la banda. La improvisación es algo bien importante, pero mucho más relacionado al en vivo, donde revisitamos las canciones y hacemos la música muy diferente a como la grabamos a veces. Hay otras rolas que no puedes moverlas mucho porque son muy específicas. Por ejemplo, Outro, cada que la tocamos hacemos variaciones, agregamos otros pasajes. Hay una rola que se llama Tsunuame, que es una rola que vamos a sacar para el siguiente disco, que es una improvisación y una oda a las ideas de flujo de conciencia a la hora de crear. Pero hay otras rolas en el mismo disco que son como muchos más arreglos de vientos y cosas así.


Fotografía: Melisa Lunar. Cortesía de la banda.
¿Qué situaciones los inspiran a escribir el nuevo material del cuarto disco?
Gerardo: Líricamente, la inspiración de Jonás viene de un poeta que se llama Mahmud Darwish, es palestino, ahorita es muy importante para Jonás y para su creación, y tampoco puedo hablar mucho de ello porque es más como el mundo interno de Jonás. Pero sí me queda claro que es un disco mucho de luto y de la muerte, desde todo el parámetro de lo que significa la muerte.
¿Qué ha sido lo más difícil de mantener este proyecto?
Gerardo: Ser consciente que es un proyecto que eventualmente va a acabar, crecer significa darte cuenta de que no es lo único que tienes que hacer en tu vida y no es lo más importante, aunque requiera de mucho de tu tiempo. Darse cuenta que todos nosotros tenemos otros trabajos y administrar el tiempo para esto, que la banda se vuelve más seria y se vuelve más burocrática en ciertas cosas, como organizar una gira es toda una bronca, pero al mismo tiempo es bien chido darse cuenta de eso, que la vida de cada uno es más allá de la banda y que eso nos hace crecer y respetar el crecimiento de cada persona como en su mundo laboral ajeno a la banda, porque vivir de la música es muy complejo como para solo vivir de la banda. Todos tenemos otras cosas que nos sostienen y entre más grande eres, pues más responsabilidades existen y más complicado es hacer un disco, se siente como cada vez más milagroso tener el siguiente disco. Creo que ese es el reto más complejo que hemos tenido, la idea de crecer.
¿Qué esperan lograr con este cuarto disco a nivel personal o artístico y que no han alcanzado con los anteriores?
Gerardo: Por lo menos para mí a nivel de sonido, lo que me interesa es que sea mucho más claro y mucho más espacial el disco, sonicamente hablando, y pues en realidad que conecte de la misma manera con la gente que le gusta el proyecto, porque por lo menos para mí ya está hecho el cambio. A la hora de componer construir cosas más claras, ser más preciso, que la duración de las canciones no sea exageradamente larga, que haya más idea de melodías y de qué está pasando, pero también que siga siendo juguetón, que sea más maduro el disco a comparación de los otros.
Raúl: Yo espero que llegue a más gente que escuche música diferente a la que hacemos nosotros, siento que este disco puede llegar a gente diferente y también que nos lleve a tocar a otros espacios, que es algo que no hemos hecho con los discos anteriores, me gustaría poder tocar en foros dedicados meramente a tocar música.
¿Entonces buscan quedar fuera de esa estructura del "desmadre"?
Gerardo: Pues más allá del slam, es más el alcohol y es más como que hay otras plataformas que existen en la misma Ciudad de México donde puedes acceder, ya sea como cines, museos, teatros, y que no necesariamente implican el mundo de la noche, que también ayudan a conectar con otro tipo de entornos, más allá del entorno de la fiesta, que no está mal, que está muy bien, pero que para mí es importante también madurar en ese sentido y encontrar otras maneras de presentar tu música, en donde hay otro tipo de maneras de escuchar la música, que también hace que encuentres otros públicos que no habitan ese espacio, porque el espacio del bar no es el único espacio donde puede haber expresión musical y siento que la idea de la escena está en un error si creen que la música solo sale en conciertos que terminan a las 2 de la mañana todos los días.
Raúl: También hay gente menor de edad que quiere escuchar la música o gente más grande, puede haber alguien de 50 años que tenga hijos y piensa "ya no me voy a ir de fiesta con morritos de 20", pero si hay un espacio donde puedan escuchar eso, unos padres ir con sus hijos de 8 años a escuchar un concierto de música rara, pues es muy bonito y no tiene que ser necesariamente un ambiente de desmadre, por así decirlo.
Gerardo: Al final la fiesta y la rebeldía juvenil está muy chida, pero también la música es una conexión que tiene que estar existente no solo para la juventud, porque no es nada más para la juventud la música, es para cualquier persona que quiera conectar con esa emoción y con esa expresión. Y entonces justo ahí es donde se vicia todo este mundo musical en México, o es en la noche y es en la fiesta o la gente en realidad no tiene contacto tan cercano a eso, sí existen los espacios, pero a veces se siente que no existen en realidad y buscarlos es complicado y justo a nosotros nos interesa eso, tratar de conseguir conciertos que sean gratuitos, tomar espacios públicos, también para nosotros es importante, hicimos un concierto en Tlatelolco el año pasado con otras bandas y fue gratuito para el público y nosotros gestionamos eso y esos espacios ayudan a mostrar que sí existen espacios para poder tomarlos y generar música y hacer como todo un proyecto alrededor de eso.


Foto: Diego Pérez Marrufo.
Intereses independientes de la música: literatura, cocinar, naturaleza, cine.
En el proceso de reinventarse y madurar su sonido, Diles que no me maten tienen todas las de ganar: un nuevo disco en camino, una brillante reinterpretación de las portadas de sus discos en colaboración con artistas multidisciplinarios y una gira por Estados Unidos. Previo a cualquier nuevo vistazo de lo que será su cuarto disco de estudio, Raúl y Gerardo Ponce se convierten en voceros de la banda y se reúnen con nosotros para platicarnos sobre el futuro y la dirección a la que la agrupación desea ir.
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