LA TRASCENDENCIA DE SER FAN: GROUPIES QUE HICIERON HISTORIA
Porque las fans hacen a los artistas.
Por Yare Tenopala
8/12/20255 min read


Para que el nombre de un artista sea trascendental, se necesita algo más allá de una buena presentación y producción: se necesita recepción.
Alguien que escuche aquello que el artista quiere transmitir y quiera escuchar más. Los fanáticos son quienes impulsan al artista a seguir creando. Pero hay quienes logran algo más allá: fanáticos que se insertan en la vida de la música, incluso al lado de los mismos músicos. Estas personas son groupies, aquellos que convirtieron el disfrute de la música en un estilo de vida.
La época entre los 60s y 70s en la música ha sido especial por muchas razones. Una de ellas es que la transmisión era física y personal. Fue el momento donde el hambre de más causó un auge en las groupies y donde ellas pudieron vivir de una manera que sería envidiable —aunque también cuestionable— para muchos. En este artículo hablaré de dos mujeres que, como fans de la música, alcanzaron la trascendencia a la que muchos artistas aspiran. Haciéndonos recordar que entregarse a lo que uno quiere tener, aunque sea como fanático, es digno de hacer memoria.
Pamela Des Barres es una chica de California que pasó su adolescencia sumergiéndose en música, frecuentando conciertos y fantaseando con cantantes. Ella cuenta que su cuarto estaba tapizado de imágenes de Paul McCartney y que se sentía profundamente enamorada de él. ¿Quién diría que la vida la llevaría a conocerlo y convivir con él, así como con el resto de los Beatles? Los giros de su vida, afortunadamente, los documentó con detalle en su diario personal, que le serviría para publicar su libro best-seller “I’m with the Band: Confessions of a Groupie”, donde narra sus encuentros con bandas como The Byrds, The Doors, Buffalo Springfield, The Rolling Stones, Led Zeppelin, Gram Parsons, The Who y más.
Sus relaciones con artistas no solo la dejaron con historias picarescas, sino que la impulsaron a perseguir su propia carrera creativa. Fue así que, con ayuda y guía de Frank Zappa, fundó su propio grupo musical con mujeres que compartían su estilo de vida. Las bautizó como GTOs, “Girls Together Outrageously”. Estuvieron juntas por dos años y después hicieron una reunión en 1974. Publicaron un álbum, Permanent Damage en 1969, el cual se puede encontrar en YouTube —no en Spotify— bajo canales no oficiales. Su música captura la alegría y viveza de la época en un coro de mujeres que cantaban a cappella.
En 1978 se casó con el artista de glam rock Michael Des Barres, con quien tuvo un hijo y, a pesar de divorciarse, siguen siendo buenos amigos. Actualmente es una mujer activa en redes y tiene una página oficial donde se pueden encontrar sus libros, algunas fotos y accesorios que son parte de la estética a la que Pamela llama Groupie Couture. Se le puede encontrar en Instagram, donde anuncia seminarios de escritura, comparte podcasts en los que aparece y publica contenido sobre la vida de la que está orgullosa: la vida de una groupie.


















Bebe Buell y John Waite
Fotografías 1 y 6: Con Frank Zappa.
Fotografía 4: Con Jimmy Page.
Fotografía 8: Con Pete Townsend.
Otra groupie que ha trascendido innegablemente es Pennie Anne Trumbull, mejor conocida como Penny Lane. Ella es una mujer de Oregón que siempre fue consciente de que la vida de groupie no puede durar para siempre y debe afrontarse con disciplina y principios claros. Fue de los 17 a los 20 que se permitió tres años fuera de la escuela para seguir a los músicos de la época dentro del estilo groupie. Cuando estos años acabaron, realizó una carrera en marketing y actualmente tiene su propio negocio.
No se sabe mucho de sus aventuras como groupie, pero lo que sí se sabe es cómo se hacía notar en conciertos y eventos, y cómo era invitada a backstage. Esto es porque fundó un grupo de chicas llamado The Flying Garter Girls, donde todas eran chicas con diferentes atractivos. Así, alguna llamaría la atención del artista y la invitaría a conocerlo, pero, en sororidad, no iba una si no iban todas.
Aunque no se vaya a malinterpretar, no eran chicas superficiales que solo buscaban acercarse a los músicos. Su ideal estaba muy lejos de esto. Ellas buscaban disfrutar y conectar con la música y consideraban importante mantener metas de vida como groupie, y tenían límites claros en cuanto a lo que harían y no harían.
La forma de hacerse notar de las chicas fue excepcionalmente ingeniosa. Repartían cajas de cerillos en conciertos o entre personas cercanas a los músicos, que llevaban el nombre Flying Garter Girls, su logo y número, para que las pudieran contactar, conocer y recordar. Seguramente, alguna de estas cajas de cerillos se mantiene conservada por coleccionistas. El ingenio de este grupo de chicas no acaba aquí, sino que, para ser aún más memorables y llamativas, todas ellas se escogieron apodos. Algunas de las integrantes eran Marvelous Meg, Sexy Sandy, The Real Camille, Miss Julia y Caroline Can Can.
El nombre de Penny Lane resultó ser tan astuto que, al estar inspirado en la canción de los Beatles, era usual que quien la conocía comenzara a cantar dicha canción, insertándose en la música de una nueva manera. Pennie reservó su vida en esos tres años como privada. Ella no besa y cuenta, pero sí consiguió fama propia que la volvió conocida entre artistas y otras personas dentro del medio.
Uno de ellos es el prodigio escritor y aclamado cineasta Cameron Crowe. Se conocieron y entablaron una amistad en el año de 1973, cuando él era escritor para Rolling Stone Magazine, y fue 27 años después que la llamó, pidiéndole incluir parte de su biografía en su película Almost Famous. Es importante mencionar que el personaje, aunque inspirado, no es totalmente Penny Lane (a pesar de haberle dado su nombre), sino que es una mezcla de muchas groupies influyentes de la época, entre ellas la ya mencionada Pamela Des Barres. Quien conozca la película puede tener una idea, de fuentes de primera mano, de cómo era insertarse en el mundo de músicos y fama durante los 70s. Su brillante composición le ganó a Cameron Crowe un Oscar a mejor guión original en 2001.


Única fotografía coservada de Penny Lane en su juventúd.

